El Amor Incondicional.
Por Juan Carlos Pons.
El amor incondicional es aquel que no busca cambiar al otro. Es aquel que acepta al otro y lo ama tal como es.
El amor comienza por el amor a uno mismo: aceptarse tal como uno es, y amarse independientemente que cambiemos o no. Ya lo dijo Jesús: amar al prójimo como a uno mismo.
El amor incondicional hacia uno mismo no es amor egoico. No es narcicismo. Es el amor que nace de saber que eres el Hijo del Padre, y que te creó a su imagen y semejanza y por lo tanto tú eres amor igual que Él es amor.
El amor es una frecuencia vibratoria alta. Cuando esa frecuencia entra a tu cuerpo y te quieres a ti mismo, esa frecuencia vibratoria reacomoda todo error de percepción que se genera en tu mente y que se densifica como enfermedades en el cuerpo físico y le da nueva información a tus células, las cuales responden creando salud.
Y además, cuando vibras en una frecuencia de amor, esa frecuencia no se queda dentro de tu cuerpo, sino se expande hacia afuera, implicando que si te amas a ti mismo tienes que amar a tus semejantes, ya que ellos son otra versión del Hijo del Padre, y ellos también son amor.
Nunca confundas a tu hermano con su ego. Él es amor, igual que tú; más su ego puede estar muy mal educado. Percibe a tu hermano como lo que es, nada menos que el Hijo del Padre, nada menos que amor incondicional. Si lo percibes como es y no como él cree que es, le estarás haciendo un hermoso regalo. Puedes lograr que despierte.
Aprovecho la entrada del solsticio de invierno, y la llegada de la Luna nueva en Capricornio, para desear que el espíritu de la Navidad, ese espíritu de paz, de armonía, de amor, de abundancia, prosperidad y generosidad, impregne nuestras almas para que logremos todos el salto cuántico de conciencia que requieren nuestras almas encarnadas en seres físicos humanos en Gaia. Es mi deseo para todos los que me siguen y también para los que no me siguen, sin división, con integración.
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